Bloqueos logísticos, limitaciones en el transporte, detención de operaciones y dificultades económicas son algunos de los factores que influyen en la escasez mundial de alimentos ricos en proteínas, según predijo la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).

“Si bien COVID-19 ha representado una seria amenaza para la seguridad alimentaria, en general nuestro análisis muestra que desde la perspectiva global, los mercados de productos agrícolas están demostrando ser más resistentes a la pandemia que muchos otros sectores“, afirmó Boubaker Ben-Belhassen, director de la división de comercio y mercados de la FAO.

La producción de alimentos se ha visto retenida, debido a las restricciones para evitar la propagación del COVID-19, agregada a la disminución de la demanda, a causa de la capacidad adquisitiva de las personas. Carne, pescado, productos lácteos y fuentes de proteínas vegetales, como la soja, están entre las víctimas más notables de la pandemia, según la FAO.

El panorama mundial

En EE. UU., “las condiciones climáticas adversas llevaron a una siembra y rendimiento de la soja mucho más bajos… Si bien se espera que las malas cosechas, especialmente de la soya, reduzcan los suministros mundiales de comidas/pasteles, se observa que el consumo se sigue expandiendo, aunque a un nivel tasa por debajo del promedio, vinculada en parte a bloqueos temporales impuestos en numerosos países para detener la propagación de COVID-19”, precisó el informe.

Nada más en el segmento cárnico, el organismo anunció en el informe más reciente que la producción total de carne en todo el mundo caerá un 1,7 % este año, teniendo en cuenta también que los precios han caído un 8,6 % desde enero.

En Brasil, por ejemplo, están experimentando dificultades en la producción, por la propagación del virus entre los trabajadores de los mataderos, mientras que los pequeños agricultores que producen verduras y frutas frescas para el mercado interno están sufriendo.

“Las grandes empresas agrícolas están tratando de exportar tanto como sea posible ya que la tasa del dólar estadounidense al real brasileño ha aumentado y la demanda mundial de alimentos es alta”, expresó el científico brasileño André Tomas Vilela Hermann Hermann a la Alianza para la Ciencia.

Así mismo, informaron que las exportaciones mundiales de leche y productos lácteos se contraerían en un 4 %, por la reducción de importaciones. Sin embargo, también resaltan que la producción mundial de leche está mostrando resistencia, posiblemente creciendo un 0,8 % este año.

Los productos de mar también se verán afectados, de acuerdo con el organismo, debido a que las cosechas de acuicultura se están retrasando y los objetivos de almacenamiento se reducen drásticamente: las ventas minoristas, de productos como el salmón fresco y trucha, han disminuido considerablemente.

La producción de trigo, por su parte, se mantendrá por debajo de los niveles típicos, mientras que la organización prevé que la producción y el consumo mundial de azúcar disminuyan por primera vez en tres años.

“Aunque a nivel mundial hay suficientes alimentos para todos, la disminución significativa en el crecimiento económico debido a la pandemia se ha traducido en un problema de acceso a los alimentos, lo que limita la capacidad de las personas para obtener alimentos suficientes o lo suficientemente nutritivos, especialmente en países que ya están afectados por el hambre y otras crisis incluso antes de COVID-19 ”, destacó el reporte.

RealRisk Fuente: FAO – Reporte: 2020-08-05

Por realrisk

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *